domingo, 25 de noviembre de 2007

Poemas de autores conocidos

ODA A VALPARAÍSO

VALPARAÍSO,
qué disparate
eres,
qué loco,
puerto loco,
qué cabeza
con cerros,
desgreñada,
no acabas
de peinarte,
nunca
tuviste
tiempo de vestirte,
siempre
te sorprendió
la vida,
te despertó la muerte,
en camisa,
en largos calzoncillos
con flecos de colores,
desnudo
con un nombre
tatuado en la barriga,
y con sombrero,
te agarró el terremoto,
corriste
enloquecido,
te quebraste las uñas,
se movieron
las aguas y las piedras,
las veredas,
el mar,
la noche,
tú dormías
en tierra,
cansado
de tus navegaciones,
y la tierra,
furiosa,
levantó su oleaje
más tempestuoso
que el vendaval marino,
el polvo
te cubría
los ojos,
las llamas
quemaban tus zapatos,
las sólidas
casas de los banqueros
trepidaban
como heridas ballenas,
mientras arriba
las casas de los pobres
saltaban
al vacio
como aves
prisioneras
que probando las alas
se desploman.

Pronto,
Valparaíso,
marinero,
te olvidas
de las lágrimas,
vuelvesa
colgar tus moradas,
a pintar puertas
verdes,
ventanas
amarillas,
todo
lo transformas en nave,
eres
la remendada proa de un pequeño,
valeroso
navío.
La tempestad corona
con espuma
tus cordeles que cantan
y la luz del océano
hace temblar camisas
y banderas
en tu vacilación indestructible.

Estrella
oscura
eres
de lejos,
en la altura de la costa
resplandeces
y pronto
entregas
tu escondido fuego,
el vaivén
de tus sordos callejones,
el desenfado
de tu movimiento,
la claridad
de tu marinería.
Aquí termino, es esta
oda,
Valparaíso,
tan pequeña
como una camiseta
desvalida,
colgando
en tus ventanas harapientas
meciéndose
en el viento
del océano,
impregnándose
de todos
los dolores
de tu suelo,
recibiendo
el rocío
de los mares, el beso
del ancho mar colérico
que con toda su fuerza
golpeándose en tu piedra
no pudo
derribarte,
porque en tu pecho austral
están tatuadas
la lucha,
la esperanza,
la solidaridad
y la alegría
como anclas
que resisten
las olas de la tierra.

Autor: Pablo Neruda



Valparaíso

Como barco sin par, ancho de luces,
estás, Valparaíso, recostado
a la orilla del mar donde traduces
el sueño de tus cerros desvelados.
Yo nací en tus violentos contraluces,
junto al viento que corre desatado,
donde canta el amor, donde produces
marinos de alma errante y sueño alado.
Fluir de ti es ser barco que zarpa,
gaviota aventurera, mástil, arpa
que murmura tu música despierta.
Es ser como la brisa o el mar fecundo...
Valparaíso, corazón del mundo,
ancha casa esperando, mano abierta.

Autor: Alfonso Larrahona Kästen.



Valparaíso enfermo

Valparaíso el de mis caminatas diurnas!
he dejado en ti huellas invisibles, sin fin
puerto de la incontrolable vida nocturna.
De cielo inocente, de un elevado volantín!
Te recorrí con ansias, desesperadamente!
buscando como loco mi destino perdido,
en avenida Pedro Mont. escapo mi mente.
Quede solo, amargado, el corazón dolido!
Mis pulmones se llenaron de aire marino!
quise dejar alli olvidado mi amargo cariño,
si incluso mi corazón se me volvió salino.
Poder salir de Chile con corazón de niño!
Las casas se descuelgan de los cerros,
están enfermas haciéndose escombros!
tanta miseria viva rodeada de perros,
mis ojos miraban con dolor y asombro!

Caras sufrientes, con las manos al aire!
tratando de conseguir unas monedas,
sentí ira, rabia de no poder ayudarles.
Se me oprimió el pecho con sus penas!
tanto capitalismo, tanto edificio nuevo!
y el pueblo luchando para poder comer,
mientras mis calles y mi cerro enfermo.
Van muriendo y nada los hará renacer!

Autor: Ricardo Nino.

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